A quitar alambres que no incumben

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Veremos mejor

martes, 15 de marzo de 2011

Dos miradas sobre los sistemas-mundo

Juan Sebastián Sánchez

Hegemonía y ciencias sociales

Es imposible desligar el desarrollo epistemológico de la ciencia moderna de los procesos geopolíticos que han tenido lugar desde el siglo XVI. A diferencia de otros momentos del pensamiento, donde otras culturas llevaban un largo camino a occidente (como el momento de esplendor “intelectual” árabe o chino), de la mano con el proceso de consolidación del sistema mundo capitalista no sólo echaron raíces en todos los extremos del globo las semillas de su modo propio y vertical modo de organizar la producción y el trabajo. También sucedió así con la ciencia occidental que se posicionó como hegemónica junto a su praxis, el capitalismo. Las demás formas de entender el mundo, ajenas a la tradición europea, fueron menospreciadas y se buscó el más alto grado posible de veracidad positiva en los argumentos de los científicos sociales. ¿Cuántas posibilidades han sido destruidas en nombre de la ciencia moderna? Es plantear que la estructura y superestructura del sistema se han desarrollado y expandido conjuntamente de manera impositiva, hegemónica y opresiva a nivel planetario.

Wallerstein es claro en afirmar la herencia de la ilustración y del pensamiento positivo que existe transversalmente tanto en el liberalismo como en el marxismo. Juntos comparten premisas básicas sobre las que edifican su análisis histórico, por ejemplo el sentido del concepto “progreso” o “desarrollo”, el supuesto de que toda organización social es superior o cualitativamente perfeccionada respecto a su predecesora. Siendo ambos, el marxismo y el liberalismo, fruto del mismo desarrollo del pensamiento europeo, es uno la antítesis del otro y ambos se han desarrollado conjuntamente y en relación con las dinámicas globales del capitalismo. Siendo imposible que las diversas revoluciones socialistas fueran impermeables a los procesos del sistema mundo capitalista, éstas fueron llamaradas “coyunturales” frente a momentos críticos del sistema en “espaciotiempos” geopolíticos concretos, mas continuaron ancladas a las dinámicas internacionales del capitalismo. Se cometieron errores profundos al determinar de manera temprana un marxismo único e irrefutable y su consecuencia fue tanto la aniquilación física de movimientos que representaban “otros marxismos” (ajenos a la corriente leninista) y posteriormente la “explosión de marxismos”[1] que se da a mediados del siglo XX.

Identificar esta relación, liberalismo-marxismo, es solamente posible conjugando el análisis del capitalismo como sistema-mundo bajo una perspectiva de larga duración, ya que nos permite analizar en su justa dimensión espaciotemporal los acontecimientos claves que han sucedido a lo largo del desarrollo del capitalismo. Es imposible la transformación repentina e inmediata de las estructuras de larga duración, (estructuras de “piedra” las llamó Braudel) cuando aún no se encuentran en una fase de declive. En caso del capitalismo, aquel declive se hace evidente, paradójicamente, con la caída del bloque socialista. De la mano con el derrumbe de la URSS, tal como había coincidido anteriormente el desarrollo de la ciencia positiva y del sistema mundo capitalista, se da un salto también a nivel epistemológico en las ciencias naturales y en las sociales. Surgen nuevas formas de observar los procesos sociales que por supuesto son resultantes de una serie de momentos claves tanto en el pensamiento científico como en la organización social. Se analizan los impedimentos epistemológicos y políticos que hasta ahora nos han dejado los planteamientos de la ciencia “universalista”, que resultaron no sólo totalizantes sino totalitarios en sus interpretaciones más limitadas y sus respectivas prácticas. Y son estos mismos impedimentos los que nos invitan a “impensar” no sólo el conocimiento social sino también la práctica política, que requiere ser replanteada y que lo ha sido últimamente desde varios movimientos antisistémicos.

De nuevo la estructura y la superestructura se dinamizan conjuntamente, como un sistema y no de manera causal o determinista, abriendo posibilidades y expectativas frente a opciones políticas y epistemológicas posibles. De acuerdo con la crisis del concepto de “desarrollo”, se nos plantea una responsabilidad actual, real y concreta de cara al futuro de la que debemos tomar parte activa.

***


Laura Beltrán Solano

RESEÑA

Después del liberalismo. Immanuel Wallerstein

Para abordar este texto de alguna forma, creo que es importante partir de considerar la magnitud del análisis histórico que Wallerstein hace del sistema mundo actual. Y es que las dimensiones del mismo son enormes, son globales, y a pesar de que siempre se ocupa de los mismos “hechos” o “acontecimientos” históricos, en cada capítulo los aborda desde un punto de vista diferente logrando así poner en evidencia unos ejes transversales que nos permiten ver que él no está sencillamente contando una historia sino que su análisis es científico, tiene una rigurosidad y un método que a pesar de que no se expone directamente, puede abstraerse, puede seguirse. Sin embargo, el tema de la ciencia, el método y la rigurosidad será tocado más adelante en la medida en que suscita varias preguntas y problemas. De entrada, sería necesario pensar en qué medida la intención del autor es producir un texto científico o no.

En este mismo orden de ideas, es necesario hablar de la concepción estructural de la historia que se lee en el trabajo de Wallerstein quien lo que está haciendo al final es develar la estructura sobre la cual se ha construido el sistema mundo actual, la economía-mundo capitalista, y sobre la que, al final de cuentas, también se construirá un nuevo sistema mundo. Es decir, lo que se logra ver es que ha habido una sucesión de diferentes sistemas mundo y que vendrá uno nuevo. Lo anterior, es precisamente una de las tesis gruesas de la obra del autor: la economía-mundo capitalista, como sistema mundo, vendrá a ser sustituida por otro sistema mundo que debemos empezar a construir. Así pues, lo que podría decir al respecto, y a partir de los mismos argumentos que Wallerstein nos expone, es que esta tesis nos contiene en sí misma una concepción teleológica de la historia, pues el autor, aunque no lo dice con palabras concretas, señala que necesariamente vendrá algo más. Y además, la construcción, o el proyecto de la construcción, del nuevo sistema mundo está atravesado por una moral; una moral que, así como nosotros y como Wallerstein, es hija de la revolución de 1968 pues se es optimista en el sentido de que dicho proyecto debe estar atravesado por los valores de la liberación y la igualdad, pues, según la obra, ya es momento de concretarlos en un mundo práctico. Por esta razón es que creo que, antes de asumir los argumentos de Wallerstein, debemos informarnos muy bien sobre quién es, en qué momento escribe lo que leemos y quiénes somos nosotros como lectores. Wallerstein es hijo de un tiempo y de un país y asimismo nosotros también estamos atravesados por nuestras propias condiciones socioculturales a partir de las cuales conocemos un mundo. Por eso es que la semana pasada hablaba de las tesis del autor bajo el calificativo de “tentadoras” puesto que, ya al leer esto, entiendo que, tanto él como yo y como muchos de los que estudiamos ciencias sociales hoy, somos, como lo decía, hijos de la revolución de 1968 pues consideramos que la igualdad y la liberación son proyectos frustrados y mentirosos.

Regreso a lo que exponía en el primer párrafo; la preocupación que puede surgir por el carácter científico que pueda tener el trabajo del que nos ocupamos. Como digo, el proyecto de la construcción de un nuevo sistema mundo es moral. ¿No es esto opuesto a la idea que tenemos de ciencia? Evidentemente, esta pregunta responde a una idea positiva de la ciencia según la cual debemos procurar la objetividad y evitar todo sesgo. Pero, creo que es pertinente la pregunta dado que Wallerstein otorga gran parte de la responsabilidad en dicho proyecto a las ciencias sociales. De aquí deriva otro enorme problema que, a pesar de que no es muy central en este libro, tiene una importancia fundamental. Debe debatirse o al menos cuestionarse una universalidad de la ciencia newtoniana a partir de la “nueva ciencia de la complejidad” (Wallerstein; p.145). Pero, ¿cómo abordar la cuestión del rigor y del método en esta gran empresa que nos deja Wallerstein? ¿Precisamos de ello? Y es que el mismo nos dice que hay diferencias entre, por un lado, la cosmología y los valores fundamentales y por el otro, lo político y la aplicación de los mismos. ¿Y entonces? ¿Cómo comprendemos esta relación entre dos aspectos tan opuestos pero tan íntimamente relacionados? ¿Qué papel jugamos nosotros como científicos sociales? ¿Cómo se organizaría la lucha en ese sentido? ¿Debe haber lucha o todo seguirá el cauce normal de la historia de sustitución tras sustitución y llegado el justo momento sabremos qué hacer?

De otro lado, el otro aspecto que me parece que plantea problemas que tienen que ver con lo anterior, es el tema del Sur. A pesar de que el libro de Wallerstein tiene enormes dimensiones y pues es posible que ampliarlas más sea una empresa muy densa para un solo trabajo, me parece que el “Sur” para este autor es muy reducido. O más bien, el papel de América Latina no logra verse en ese andamiaje mundial que se nos presenta en el libro, ni antes de la economía-mundo capitalista, ni durante, ni, lo que me parece ya grave, después. Es aquí en donde podemos ser realmente críticos con esta obra pues lo que se sugiere en realidad no es muy diferente a lo que hay hoy. A propósito del “tercer mundo”, del “Sur”, los vaticinios de Wallerstein no auguran nada mejor. Al contrario, se seguirá escribiendo una historia de explotación, desigualdad, libertad mentirosa y eternos sometimientos para nuestros países. Luego la “descolonización” no ha acabado, ¿acabará? Según lo que dice el autor, no próximamente. Así que volvamos al tema de la ciencia y al de la historia y es que lo que podría responderse “desde el Sur” es que hay otras historias que no han sido contadas y que no son consideradas dentro del proyecto expuesto en el libro. Son las historias de las “minorías” de las que él mismo habla. Son diferentes pero también se insertan en el sistema mundo y es sobre lo que podríamos aportar aquellos quienes pensamos lo social desde aquí. Hay otros pensamientos, otros mundos que viven dentro del gran sistema mundo y que podrían hablar y aportar a la empresa de la construcción de un nuevo sistema mundo si es que asumimos que va a ser así.

Insisto en el punto de que es necesario cuestionar esa teleología que está implícita en el libro. ¿Cómo damos por sentado que en efecto vendrá otro sistema histórico si es que el mismo Wallerstein nos habla de un punto aterrorizante y sin el cual no conocemos vida? El agotamiento de la “base ecológica” como la llama él, es inminente y las opciones que da a propósito de este problema no son muy convincentes. ¿Cómo podemos apropiarnos de esta problemática desde las ciencias sociales? ¿Cómo integrar este aspecto que es tan básico y sin el cual es absurdo, en mi criterio, formular una ideología? Desde aquí se puede abordar el tema de la división disciplinar que Wallerstein no toca mucho en este libro pero que para él constituye un gran problema en la estructura del saber parcelada que manejamos hoy, la cual es menester deconstruir y reformular pero están allí los problemas metodológicos sobre los que estamos discutiendo.

Referencia:

Wallerstein, I.

Después del liberalismo. México: Siglo veintiuno editores, 1996.



[1] Wallerstein, Immanuel. “Impensar las ciencias sociales”. Siglo XXI Editores. 1999. pp 195

martes, 25 de mayo de 2010

La enfermedad de Hansen, los órganos de los sentidos y la antropología médica

María Alejandra Pérez Alonso

Antropología VI


En la historia de Colombia existen unos sucesos, olvidados por muchos, que marcaron el surgimiento de varios pueblos. Uno de esos pueblos queda en Santander y fue llamado Contratación. Este pequeño pueblo queda a 10 horas de Bogotá (Capital de Colombia) pero que probablemente quedaría a muy pocas horas si su carretera no estuviera sin pavimentar. Es un lugar que se encuentra rodeado por las cadenas montañosas que se encuentran en el país. Es un pueblo con una historia muy particular y diferente a muchos de los pueblos colombianos pues su aparición fue por una enfermedad que se describió como contagiosa y monstruosa. Una enfermedad llamada Lepra y que después del descubrimiento de su cura fue nombrada la enfermedad de Hansen. Claro que hay muchos que solo la llama La Enfermedad.

Para entender que es La Enfermedad, Dagger un medico costeño conocido, al parecer, por todos lo contrateños, en un tarde que ya se estaba haciendo noche, sentados, con mis compañeros que viajaron a la salida de campo, al frente de la Iglesia de Contratación, nos explica desde su perspectiva medica lo que es La Enfermedad. Nos dice él que es una enfermedad que surge en muchos casos por deficiencias nutricionales e higiénicas. Es además, dice Dagger, inmunológica que afecta a la piel, y no a los órganos vitales por lo que se llegan a conocer pacientes longevos, es por causa de un Bacilo que fue llamado, como su descubridor, Hansen. Es aquella que produce Neuropatía Periférica es decir que atrofia los músculos y ocasiona perdida de la sensibilidad y ésta pérdida se da primero al frio y al calor y después a la presión.

Igualmente, para complementar lo que dice Dagger, La Enfermedad es un proceso infeccioso crónico (…) y produce alteraciones en la piel y en los tejidos nerviosos periféricos. Es así que el bacilo de Hansen tiene gran afinidad por los nervios periféricos, cuya afectación provoca dolor neurótico y lesiones de carácter sensitivo que se manifiesta por zonas de piel anestesiadas[1].

Es así que, nos dice Dagger, al momento en que una persona es detectada con el bacilo de Hansen, a través de la mucosidad y de la piel, se sabe que la persona tiene La Enfermedad por lo cual se inicia inmediatamente el tratamiento, éste dura unos dos o tres años y es aun mas invasivo que la misma enfermedad. Al finalizar con el tratamiento y si no hay bacilo se le llama a la persona Curado Social es decir que ya se puede reintegrar a la sociedad y ya no se presenta como peligroso para ésta.

Pero, en realidad son ¿Curados Sociales lo enfermos de Hansen? Desde la perspectiva que nos dice Dagger sí. Pero hablando con Doña Elisa, una mujer de edad que le encanta el oficio de tejer y que al principio se mostro desconfiada, me dice que una persona con La Enfermedad es curada cuando ya no se tiene rasgos es decir, dándose golpes en la parte de arriba del muslo derecho, como cuando uno deja de sentir; y cuando uno ya no recae es decir cuando a uno ya no le toque ir al hospital, eso es una señal de que ya no se está enfermo. Igualmente, recalca ella, el subsidio no se lo quitan si ya no se tiene el bacilo como tratándome de decir que a pesar de aparecer como no afectada por el bacilo sigue siendo enferma por tener aun el subsidio.

Al igual que Doña Elisa nos encontramos con don Julián Cepeda quien me dice que por la enfermedad le tocó dejar de hacer diferentes oficios que le gustaban como la carpintería y la sastrería. Oficios que no pudo volver a ejercerlos porque las manos no se lo permitían.

Entonces, aquí la pregunta es ¿Cuándo un enfermo de Hansen llega a ser curado? Al parecer, a partir de aquellos comentarios de los contrateños, no se le puede llamar curado a una persona que al “adentrarse nuevamente” a la sociedad no puede hacer las mismas cosas que hacía antes de que La Enfermedad apareciera. Sin embargo, es desde la enfermedad que comienzan a aparecer nuevos oficios, como por ejemplo don Julián con su canto de guarachas y sus interpretaciones en el piano con dos dedos o Doña Elisa que luego de haber dejado el croché, igualmente por sus manos, aprendió a coser en la maquina. Es decir que seria, tal vez, una curación “dentro de la enfermedad”.

Es así que lo dicho por Dagger y por los contrateños con los que charle, llego a pensar en dos cuestiones. La primera en saber cómo, a partir de esa “curación dentro de la enfermedad” y de sus “rasgos” como lo llama doña Elisa, el enfermo de Hansen percibe el mundo y la segunda se relaciona con la idea de interdisciplinariedad que nos habla Braudel alrededor de la necesidad de un acercamiento entre dos disciplinas, antropología y medicina, para entender las concepciones que los contrateños tienen respecto la enfermedad y la cura.

En cuanto a la primera decimos que el ser humano como todo ser vivo tiene en su cuerpo algo llamado receptores sensoriales que son los que llevan las sensaciones del exterior al interior del organismo como impulsos nerviosos, es decir son aquellas células que se encuentran en los órganos que están en contacto con el exterior como, en el ser humano, la piel, la lengua, los ojos, la nariz y los oídos. Es así que cada receptor lleva su nombre: termorreceptor (termico), otro mecanorreceptor (mecanico), otro fotorreceptor y otro quimiorreceptor. En los que nos vamos a concentrar son en el primero, el segundo y el tercero. El primero se relaciona con la piel y hace referencia al estimulo calórico, es decir a la percepción de la temperatura: calor y frio, de tal manera que es sensible a las modificaciones de la temperatura debidas a cambios en el medio externo o en el interno. Sobre el segundo receptor hace referencia a la percepción del tacto y el movimiento es decir captar estímulos mecánicos como las vibraciones, la presión y la rotación de las partes del cuerpo (postura corporal, coordinación de movimientos etc.). Este receptor se relaciona con piel, músculos, oído medio y tendones. El tercero es acerca del sentido de la vista y la captación de luz, electricidad y magnetismo, su función es captar energía luminosa a través de moléculas coloreadas que reaccionan ante la luz [2].

Respecto a lo anterior decimos que la persona enferma de Hansen se encuentra desde una perspectiva aislada del exterior alrededor de la piel puesto que sus receptores mecanicos y térmicos se encuentran en “mal funcionamiento”. Esto hace que la vista y el oído sustituyan ese receptor[3], lo cual nos hace pensar que el mecanorreceptor aun tiene su trabajo con el oído medio, así mismo que el fotorreceptor, por decirlo de alguna manera, aumenta su función de captar la luz luminosa. Con esto podemos decir que una persona enferma de Hansen, a diferencia de otras personas que no tiene La Enfermedad, capta mayor sensibilidad a través de su oído y de su vista. Con esto quisiera darle explicación, un poco atrevida, sobre la pregunta que nos hicimos con nuestros compañeros en Contratación sobre doña María Otilia y su visión, ya que es una mujer de edad y con rasgos de la lepra sobre todo en sus ojos. Lo que quiero decir es que a pesar de la pérdida de su sensibilidad al frio, al calor y a la presión, su cuerpo capta una mayor sensibilidad para su visión y así poder tener la capacidad de observar, a pesar de su dificultad en sus ojos a causa de La Enfermedad, unas fotos que le mostramos sobre el internado de niñas en el cual ella estuvo algunos unos años.

En la segunda cuestión a tratar hablaremos sobre Fernand Braudel y su idea de unificación y acercamiento entre disciplinas. Dice Braudel, en su libro historia y ciencias sociales, que el acercamiento entre disciplinas pueda que tome tiempo ya que esto traería consigo, además de una larga familiarización, el abandono de prejuicios y hábitos[4]. Claro está que actualmente existe una urgencia por el acercamiento de los unos y los otros, como sucede en EE.UU con las investigaciones colectivas respecto de las áreas culturales del mundo actual[5]. De esta manera Braudel le da importancia a que una circulación de ideas y técnicas de una ciencia a otra crearía un lenguaje común para así poder llegar a que conceptos, formulas y consignas pasen de una disciplina a otra [6]. Es así que, en un homenaje a Braudel, Bastien Bosa realizó una conferencia llamada Las paradojas de la interdisciplinariedad: Los anales, entre historia y ciencias sociales. Bosa nos señala desde la crítica que Braudel hace la división de las ciencias sociales el sentido de la unificación de las mismas: La primera línea de división trata sobre la distinción que existe en las disciplinas entre el pasado y presente diciendo que dentro del primero está la historia y en el segundo la sociología y la antropología; La segunda línea de división trata la historia como la disciplina del tiempo; La tercera línea de división es la intuición del tiempo en cada disciplina (sincronía-diacronía); La cuarta es el método critico y la especificidad de cada disciplina; La quinta línea es sobre las fuentes y técnicas con relación a la especificidad de la metodología de las disciplinas; La sexta línea es el papel de la teoría en cada disciplina (empiristas-teoristas); La séptima línea es sobre la división de la humanidad, es decir que el estudio de cierta disciplina se encarga de un tipo de humanidad, como por ejemplo la antropología se encarga de los primitivos y la sociología de la modernidad; Por último tenemos la división que se tiene en las ciencias sociales en cuanto a las dimensiones espaciales.

Es respecto a lo anterior que podemos decir que en Contratación es necesario un acercamiento entre la antropología y la medicina ya que pueden intercambiar ideas y técnicas para crear un lenguaje y tratar aquella perspectiva que los enfermos obtienen desde sus experiencias. Así mismo con este acercamiento podemos hallar la interconexión entre ambas disciplinas a través de la cuarta y quinta línea de división. Entonces el acercamiento entre la antropología y la medicina como respuesta a la propuesta de Braudel seria pertinente en Contratación para que las ideas antropológicas alrededor de sociedades como esta, la cual ha sido catalogada en diferentes literaturas como proscrita y excluida, y las ideas medicas sobre la enfermedad que hizo emerger a Contratación se inmiscuyan las unas en las otras y así ver una antropología médica que se encargue de mirar al enfermo mas allá de un cliente y como un problema sociocultural[7].

Para finalizar, podemos decir que las personas que sufren de La Enfermedad tienen perspectivas diferentes alrededor de lo qué es la curación ya que diferentes partes de su cuerpo se atrofian haciendo que haya una pequeña transformación en el contacto con el mundo gracias al aumento y disminución de sensibilidad en algunos receptores. Es por esto que la llamada interdisciplinariedad y acercamiento de disciplinas de las que nos habla Braudel son necesarias en Contratación para entender aquella percepción del mundo que un contrateño enfermo de Hansen pueda tener.

BIBLIOGRAFIA.

Braudel, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid. Alianza. 1970.

LE BRETON, David. Antropología del dolor. Editorial Seix Barral Los tres mundo. Pp. 14.

AUDESIRK Teresa; AUDESIRK Gerald. Biología: La vida en la tierra. Cuarta Edición. Editorial PHH Prentice Hall. 1997. México.

HERRERA, Xochitl y LOBO Miguel. Antropología medica y medicina tradicional en Colombia. 1988. Editorial Etnollano. Pp 13



[1] Todas las medicinas. Enciclopedia practica familiar. Editorial Círculo de lectores. Pp. 628.

[2] AUDESIRK Teresa; AUDESIRK Gerald. Biología: La vida en la tierra. Cuarta Edición. Editorial PHH Prentice Hall. 1997. México.

[3] LE BRETON, David. Antropología del dolor. Editorial Seix Barral Los tres mundo. Pp. 14.

[4] Braudel, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid. Alianza. 1970. Pp 206

[5] Ibíd. 62

[6] Braudel, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid. Alianza. 1970.

[7] HERRERA, Xochitl y LOBO Miguel. Antropología medica y medicina tradicional en Colombia. 1988. Editorial Etnollano. Pp 13

sábado, 17 de abril de 2010

Cursos cortos en Schumacher College

Cursos cortos en Schumacher (Inglaterra)


A continuación encontrarán información en español, pero no tan bien traducida. La información en inglés (la original) la pueden encontrar en http://www.schumachercollege.org.uk/courses/short-courses.

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El programa del curso permite la exploración de la sostenibilidad a través de una serie de áreas de estudio complejo transdisciplinario que van desde cuestiones de negocios, arte y diseño de las políticas alimentarias y el cambio climático. El Colegio promueve una educación unificada residenciales a los participantes a adquirir nuevos conocimientos, aprenden haciendo, y comprometerse con este proceso en todos los aspectos de la vida. Excepcionales y los profesores expertos dirigir sesiones de aula.

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Mayo 31-junio 4, 2010 | Richard Louv, Kathy Louv, Jan van Boeckel | Este curso analiza por qué la naturaleza es importante para el desarrollo de los niños y la creatividad, y cómo la brecha "naturaleza" se puede salvar. Incluye aire libre basada en talleres de artes y ejercicios experienciales que se puede utilizar en muchos contextos de educación ambiental.

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7-11 junio 2010 | Tim Mac Macartney | Cuando pensamos en la sabiduría indígena en estos días, tendemos a asociarla con las sociedades tribales en lugares distantes. Y sin embargo todos tienen sus raíces en las culturas que en un tiempo honró a la tierra y lo que nos ha ofrecido material y espiritualmente. En este curso, los participantes crearán sus propios viajes de vuelta a sus raíces - dondequiera que se encuentren - y reflexionar sobre el camino a seguir.

Peregrinación y Discovery: nuevas exploraciones con el Peregrino Tierra

Inicio: viernes 11 junio, 2010

11 a 18 junio 2010 | Viernes - Viernes Curso | Satish Kumar , Chris Lloyd y otros | Por demanda popular, nuestra Tierra curso Peregrino se alarga y profundiza tanto que los participantes puedan tener más tiempo para explorar y experimentar una conexión profunda con la tierra . Además de días de andar en Dartmoor, pasar tiempo en lugares sagrados y rincones de belleza, también habrá visitas a la costa de Devon y el Sur y fascinantes paisajes variados en la finca Dartington sí mismo.

Gaia y la evolución de la conciencia

Inicio: lunes 21 junio, 2010

Junio 21-julio 2 2010 | Una o dos semanas de curso de | Sean Kelly, Rupert Sheldrake y Stephan Harding | Este curso explorará la base científica de la teoría de Gaia y sus consecuencias para la conciencia humana. ¿De qué manera el hecho de que podemos pensar de nuestro planeta como una entidad viviente en sí mismo afecta a nuestra relación con el mundo natural?

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Diseño Regenerativa y Sistemas Vivientes

Inicio: Lunes 5 de julio 2010

5 hasta 16 julio 2010 | Uno o dos semanas de curso | Bill Reed, Ben Haggard, Rees Bill, Michael Pawlyn | El borde de ataque de la construcción sostenible, la planificación y el diseño se está moviendo más allá de la ecologización de las partes (tales como edificios o infraestructuras) en un enfoque conocido como el desarrollo de regeneración.

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Gaia's Garden: Verano en los terrenos Schumacher

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13 hasta 17 septiembre 2010 | Edward Espe Brown, Carolyn Acero | Este curso pasos atrás de pedir qué comer y cómo cocinar y reflexiona sobre nuestra relación con los alimentos en su conjunto, y para qué nos puede decir acerca de cómo nos relacionamos con el mundo natural y nuestro mundo interior.

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20 a 24 sept 2010 | Kate Davies, Jonathan Robinson | ¿Cómo podemos crear sistemas sostenibles de humano - social, organizacional, político y económico? ¿Qué métodos y procesos de ayudar a generar el cambio social innovadora? ¿Cuáles son las habilidades de los agentes de cambio con éxito?

¿De quién es la tierra de todos modos? El empoderamiento y la comunidad de lugar

Inicio: lunes 27 septiembre, 2010

Septiembre 27 a octubre 1, 2010 | Alastair McIntosh, Iain MacKinnnon, Sulemana Abudulai | El proceso de obtener la propiedad comunitaria o el control de la tierra implica trabajar dentro de un marco jurídico que no ha sido en el pasado amigable a los derechos de la comunidad, y también puede presentar ese grupo con un nuevo conjunto de responsabilidades y desafíos. Este curso abordará tanto los aspectos del proceso.

Las plantas silvestres como alimento y medicina

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11-15 octubre 2010 | Erin Smith, Simon Molinos Hoy | muchos de nosotros hemos olvidado de lo vital la interacción con el mundo natural es para nuestro bienestar. Este curso explorará cómo la experiencia cultivando nuestra relación a las plantas puede mejorar nuestra salud física y emocional en muchos niveles diferentes.

Liderazgo, Educación y Economía en bucle cerrado

Inicio: lunes 8 de noviembre de 2010

8 a 12 nov 2010 | Ellen MacArthur, Ken Webster | ¿Cómo educar para la sostenibilidad? ¿Qué nuevas habilidades y formas de pensar puede ayudar a los jóvenes y las instituciones que trabajan con ellos prepararse para un desafío - e impredecible - futuro? ¿Qué cualidades de liderazgo puede inspirar a una nueva generación de ciudadanos comprometidos?

Próximos cursos (fechas por confirmar )

Earthship Greenhouse: Kevan Trott

Schumacher en Sharpham - Green Design en la práctica: construcción de un Earthship

Dos semanas de curso | Kevan Trott | Participantes trabajarán en la construcción de una estructura Earthship pequeña en los terrenos de la finca Sharpham, lo que les permite aprender la teoría y la experiencia de la práctica de todas las partes del proceso de construcción. leer más ...

Schumacher College es parte del Fideicomiso Dartington Hall, una sociedad limitada por garantía, registrada en Inglaterra y como la caridad (la empresa no. 1485560, la caridad no. 279756). Sede social: El Centro Elmhirst, Dartington Hall, Totnes, Devon TQ9 6EL, Reino Unido.

sábado, 20 de marzo de 2010

El fin de la sociología: la promesa que no se cumple a sí misma

El fin de la sociología: la promesa que no se cumple a sí misma
Sociología del fin de la sociología: apuntes para un(os) debate(s)
Por: Antonio Gómez Sánchez

Resumen:

El argumento central que tengo para la profesión del escrito trata el tema de la necedad de querer hacer permanecer las estructuras del conocimiento –aún desde lo nominal- tal y como han estado desde el inicio de la Modernidad. Si entendemos el carácter ideológico que tiene la Modernidad (y con ella el Estado, la idea de Razón –y sus conrracionalismos-, el capital y su interminable acumulación, y la idea misma de “Ciencia”), entonces estamos frente al descubrimiento de un panorama inmenso de posibilidades; porque estamos frente a la raíz de muchos de los problemas en que vive este mundo –este sistema mundo-, que nos hacen –o al menos nos deben hacer- renegar de las cualidades de “científico”, “ciencia”, o incluso –y hacia allá va mi análisis- del carácter, cualidad, oficio y servicio del “sociólogo”, y velar por su final.

Palabras Clave: Sistema-mundo, Capital, Estado, Razón, Ciencia, Sociología, Sociólogo


A mí me basta con preguntar(les) y preguntar(me) qué cosa hay fuera del Sistema, y al encontrar que no hay respuesta, pues entiendo que todo está dentro del Sistema. Sistema Social, Sistema-Mundo capitalista, Modo de producción capitalista, Unidad de lo Diverso, Todo Social –Totalität-, Sociedad (Moderna o Industrial)… como quiera llamársele.

No queda otra alternativa, pues, que tomar la iniciativa de un proyecto conceptual interior y elevar las posibilidades del fin de la Sociología. La superación de dos elementos contradictorios genera una nueva contradicción que se asienta en el seno de la antigua.

Estamos ante la necesidad de renegar, relegar, criticar a la existencia de la Sociología, si se le considera desde el punto de vista histórico e ideológico. Muchos re pero haciendo claridad de la exclusión de el repensar, pues no se trata de volver sobre lo mismo, sino de cambiar las estructuras del pensamiento. ¿Cómo? Pues pensando de otra manera, diferente. Mejor, no pensando diferente, sino impensando.

Podemos renegar pero no podemos prescindir de las categorías conceptuales que ya hemos aprehendido. Esto fruto del importante trabajo teórico y práctico que han llevado los diferentes individuos que conforman esa cultura de la sociología[1], pues creo que es claro que no hay duda sobre la profundidad y la envergadura de los productos conceptuales que han brotado de la inspiración y el empeño de los individuos geniales –o no tanto-. Los aportes personas como Durkheim (el hacedor de la cosa social), Marx (el sospechoso develador del conflicto social), Weber (el atormentado neurótico de la legitimidad)[2], Parsons (el Científico autorreferencial y ennubado hacedor de lluvia que se inventó la estructura de la Sociedad), Merton (la caminata inmensa de la búsqueda por poner de pies al Sistema Social), Gabriel Tarde (el prematuro perdedor de la disputa sociológica en el debate de positivismoßàcomplejidad o nomotéticoßàidiográfico), Saint Simon (el conde que inició –¿serendipity?- las labores sociológicas), Bourdieau, (el sociólogo de mala categoría) Luhmann (el defensor inmanente de la permanencia del sistema), Giddens, Foucault (el depredador de incertidumbres), Comte (el rígido descubridor de la física social), Touraine (el asesino de lo social), Elías (el individuo que individualizó con tino lo iniindividualizante), Antonio García (los restos teóricos de una revolución conceptual local -sobre la revolución social- que nunca ha empezado) , Castells (el enredo de la red y el sistema resuelto –por medio de redes- hoy), Fals Borda, (y la renuencia a una neutralidad valorativa de la ciencia), Althusser, Lefevbre, Barthez, Poulatnzas, Sereni, Bauman, Beck, o el mismo Wallerstein (el apologista de la paciencia de la larga duración); pues sencillamente no pueden pasar por alto, y menos menospreciar.

Esa lista de autores –junto con la infinidad restante- son considerados por todo sociólogo como par, contradictor, enemigo, o incluso como colega. Al menos solamente como punto de referencia clave. Hoy, no me imagino la innovación –sin tener por qué serlo- que produce un trabajo de pregrado de un sociólogo si no nombra a, al menos, alguno de los autores allí citados. Una vez le dan el pase oficial, el “secreto”, el título de grado, allí ya podrá si quiere –y si puede- prescindir de ellos, criticarlos, dejarlos de lado. Pero lo que no puede nunca –las exigencias del medio se lo exigen, las instituciones del saber- es no tener claro, al menos, algunos puntos elementales de cada uno de los autores de la cultura de la sociología.

Pero hay que detenernos a pensar un momento. Más allá de los individuos, escuelas, o saberes, existen unas características fundamentales de lo que hoy es “lo social”. Unas bases, o estructuras. O ambas juntas. Es necio negarle la ideología a la Modernidad, al Estado, a la ciencia, a la sociología. ¿De dónde viene y cómo surgió? Es esa el principal aporte que quiero trabajar de la obra de Wallerstein.

Más allá de eso, también quiero poner de presente aquí la manera en cómo logró ir a las raíces del sistema actual, desde la perspectiva braudeliana de la larga duración, remontándonos a tiempos que ya no se acordaban los sociólogos de mirar y menos de hablar.

Como lo apunta Wallerstein (2005: 130), la sociología nació como saber específico e institucionalizado de una idea de progreso inevitable. Ineludible en el sentido que era el curso de la historia y que necesariamente existía un Edén en la tierra en que mandaron a Adán. Y a Eva. Que en esta tierra existía la posibilidad de un paraíso, cualesquiera que fuera su forma. El hecho de que no se viviera tal paraíso, hacía parte de esta invención histórica en la cual hemos ido evolucionando socialmente desde el principio de los días. Desde las fundacionales comunidades primitivas alrededor del mundo, pasando por las comunidades religiosas, metafísicas y, al fin, Modernas y Científicas. En el marco de las leyes la humanidad evoluciona, y son las leyes de la historia. De la humanidad.

El progreso era evidente y el centro y la semiperiferia del sistema-mundo capitalista avanzaban en esa ficticia figura de la tecnología. Pero avanzaban a pasos agigantados, así que los hechos no podían contrastar con la idea de progreso trascendental.

Sin embargo había una parte del sistema-mundo capitalista que no estaba incluida dentro de los grandes desarrollos de la Modernidad. Vivían más bien en medio de la pobreza y la explotación. Pero la idea de progreso también daba solución o explicación a tal fenómeno. Nos contaba que lo que pasaba era que , sí, que la diferencia de desarrollo entre ricos y pobres existía, pero que sin embargo era necesaria en pro de la consecución de un mismo fin, “beneficioso y conveniente para todos” (2005: 130; cursiva mía). Esta explicación era por lo tanto un alivio para todos.

Y en medio de todo eso la sociología y los sociólogos iban ubicándose con respecto a esa premisa fundamental de la Modernidad: el Progreso. Ellos no lo hacían al margen de las tres grandes ideologías de la historia moderna, según Wallerstein (2002: 75-95), el liberalismo, el conservadurismo y el radicalismo o marxismo. Pero estas ideologías aceptaban, en últimas, la idea de progreso liberal –el triunfo liberal de la revolución burguesa- como premisa básica y fundamental de la historia. Es decir que necesariamente avanzamos. El programa, la forma y el modus operandi de cada ideología sería diferente, de acuerdo a las objeciones del conservadurismo y del marxismo con respecto al ideal liberal de progreso. Pero en esencia, cada ideología tenía su propio proyecto de cambio con respecto a la idea de la historia evolucionista: Los conservadores retardarían, contendrían el cambio; y los marxistas acelerarían el cambio mediante la agudización de la lucha de clases (harían la revolución) pero añadirían un eslabón más a la cadena de la historia progresista[3]: el comunismo, último estadio de la humanidad. Para llegar a él sería necesario un pre-estadio: el socialismo, que ejercería el poder mediante la Dictadura del proletariado, en un Estado revolucionario.

Por más que Engels, Marx y Lenin se devanaron los sesos develando la naturaleza del Estado moderno burgués, desde el punto de vista económico-político y lograron grandes elaboraciones conceptuales, en el momento de la práctica se llegó a lo mismo: un programa político con base al Estado y el ideal de progreso: “Un paso adelante, dos atrás[4].

Y los sociólogos entonces, se ubicaban. Había sociólogos por cada ideología y las disputas en el ámbito académico se centraron alrededor de los márgenes principales de cada una de las ideologías.

Pero el debate debía ser otro: no se atacaban las semillas del árbol de la Modernidad: por ejemplo, una central para las ciencias sociales, el Estado era un producto ideológico de un programa, el liberal-moderno-burgués. Todas las ciencias sociales se centraron alrededor de esa santísima trinidad del Estado-Mercado-Sociedad Civil y a partir de allí crearon la división de las ciencias sociales llamadas nomotéticas (enfocadas hacia la formulación de normas generales, de leyes universales sobre lo social). Todas estas construcciones eran el producto de la ideología liberal, burguesa porque era el logro de la revolución de la burguesía francesa. La sociología estudiaría lo relacionado con la Sociedad Civil, mientras la Economía Política se disgregaba para dar buena cuenta del Mercado: la Ciencia Política se encargaría del Estado y la Economía, como ciencia independiente estudiaría al sacrosanto mercado.

Pero qué cosa es más contradictoria, autorreferencial y abstracta que la “Sociedad”[5]. ¿Qué es la sociedad? ¿En dónde está? ¿Es una realidad objetiva ineludible e irrefutable? ¿O es más bien una elaboración abstracta producto de una serie de unidades binarias[6] delimitadas por el proyecto ideológico liberal? En ese sentido, ¿si Estado y Sociedad son elaboraciones ideológicas que sustentan, fundamentan y hacen posible la interminable acumulación de capital y su economía-mundo capitalista, la sociología qué sentido diferente tiene que el de posibilitar el modo de producción que está llevando al fin (tal vez prematuro) de la humanidad misma?

En este sentido es práctico preguntarse por la existencia de la sociología misma, ciencia encargada del estudio de la “sociedad”, sustento y contenido del Estado. En este marco de referencia, entraré a proponer algunos posibles aciertos y defectos de la obra de Immanuel Wallerstein y el enfoque de los sistema-mundo con respecto a lo hasta aquí planteado, que no es otra cosa que el producto de la lectura e interpretación personal de este autor estadounidense. Esto con el propósito de mirar el estado actual de las instituciones del saber y criticar o defender el modelo actual de estructuración del conocimiento, pues creo que es muy pertinente hacerse la pregunta de ¿seguimos reproduciendo esa institución-máquina del conocimiento, o mejor pensamos en transformarla? En el primer caso, lo mejor sería seguir aprobando el nombre de “sociología” y de “ciencias” “sociales” para designar nuestro difuso objeto de estudio, lo “social”. En el segundo caso, habría que llevar al extremo la invitación de Wallerstein para impensar, y tendríamos que cambiar las actuales estructuras del conocimiento[7], y no re (volver a) formular la sociología –en general todas las ciencias sociales- sino inventar algo diferente, como impensando.

Encontramos aquí la primera queja personal: si la invitación es a impensar, las ciencias sociales, por qué insistir en repensarla y reformular otra ciencia, como termina haciéndolo Wallerstein (2005) con su propuesta de “ciencia social histórica”.

Para concluir este recuento de apuntes para una discusión sobre la existencia de la sociología en particular y de las ciencias sociales en general, quisiera realizar una pregunta final sobre el sociólogo Immanuel Wallerstein y su propuesta del análisis de los sistemas-mundo.

¿Cae también Wallerstein en la trampa de la historia?

Si bien critica el Progreso y devela su naturaleza ideológica, clasista, racista y parcializada, termina haciéndolo más que todo de forma valorativa, pues aunque demuestra que no necesariamente el progreso va dirigido hacia un mundo “mejor” (de ahí la incertidumbre como base del conocimiento), no niega la necesaria presencia del concepto de desarrollo del tiempo hacia adelante. Cae en la trampa de pronosticar el futuro.

Esto lo hace bajo la capa y el escudo de la larga duración planteándose la posibilidad de pronosticar el futuro observando el pasado desde una perspectiva de muy largo aliento. Esto, bajo el aporte de los ciclos Kondratieff (A en momentos de auge y B en momentos de crisis) hace posible creer en la posibilidad de predecir el comportamiento del sistema. Wallerstein cae en la trampa de la historia que camina hacia adelante (necesariamente) y que tenemos la certidumbre del futuro, contradiciendo sus mismas premisas sobre la incertidumbre y la imposibilidad de predicción social.

Hay entonces que pensar en impensar la sociología y darle de una vez muerte a esa manera de nombrar el estudio de las relaciones entre los individuos y comunidades en el marco de la historia corta, mediana y larga. Lo mismo con la ciencia.

Además, hay que recordar las frases del mismo Wallerstein –incluso al mismo Wallerstein- con relación a la historia del porvenir: “La historia no está necesariamente de nuestro lado, y si creemos que lo está, esta creencia trabajará contra nosotros”.

Y proponer



Bibliografía:

1. .Immanuel Wallerstein “Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido”; Siglo XXI Editores, México, 2001.

__________________: “Las incertidumbres del saber”; Ed. Gedisa, Barcelona, 2005.

__________________: “Después del liberalismo”; Siglo veintiuno editores, México, 2001



[1] El legado de la sociología, la promesa de la ciencia social.

[2] Ibid. Estos tres pensadores –Durkheim, Marx y Weber- son sobre quienes, según Wallerstein reside la creación de los tres primeros y fundamentales axiomas, que están sintetizados en las palabras en cursiva y letra de mayor tamaño.

[3] De hecho, en textos y en la vida cotidiana, hay marxistas que se ufanan de ser literalmente progresistas. Este término, referente en esencia del proyecto liberal burgués, es usado con constancia por los marxistas como un halago, para referir una cualidad de un individuo, grupo social, estructura e incluso Estado.

[4] Lenin

[5] Para revisar la autorreferencialidad del constructo teórico de “Sociedad”, véase Parsons, Talcott: “El sistema social”.

[6] Hacemos referencia a las dicotomías señaladas por Wallerstein (2005:131) en donde la Modernidad ejecuta el gran salto haciendo la transformación de un elemento por otro, así: “contrato en lugar de estatus, Gessellschaft [sociedad] en lugar de Gemeinschaft [comunidad], solidaridad mecánica en lugar de solidaridad orgánica, y otras.”

[7] Un análisis profundo del tema de las instituciones del saber se encuentra en Wallerstein (2002). De la misma manera, ese autor en ese texto realiza una propuesta epistemológica, metodológica, conceptual e incluso operativa (en las últimas páginas de la compilación) que en su contenido, aunque muy prolija, parece tímido. Hay que entender el contexto de rigidez y rigurosidad que existe en el contexto de los científicos sociales y sus instituciones de saber por excelencia: las facultades.